SERADU

Servicio de Acompañamiento a los procesos de Duelo Migratorio

Cuando una persona emigra se aleja y se desprende de ciertos objetos internalizados, los deja en el lugar que esa persona decidió dejar. Esto origina también un proceso a nivel psicológico.

“Al emigrar el sujeto deja su tierra…todo un mundo dotado de significaciones por años y años de interacción con ellos. Frente a todo lo que el sujeto deja, le espera el cambio, lo desconocido, lo inexplorado, lo por conocer y construir.” Tizón (1993)

Frente a las pérdidas que les afectan internamente, las personas reaccionan poniendo en marcha una serie compleja de sentimientos, emociones, fantasías, actitudes, conductas, etc., que les afectan como individuos en su totalidad y a las que se denomina “proceso de duelo”. Con la migración la persona sufre pérdidas de objetos queridos, valorados u odiados. Por lo tanto, con la migración la persona empieza un proceso de duelo, “el proceso del duelo migratorio”

Bowlby (1980) define el duelo familiar de Bowlby como el “proceso familiar que se pone en marcha a raíz de la pérdida de uno de sus miembros”.

La migración es un acontecimiento de la vida que incide profundamente sobre la psique de los seres humanos. Seguramente ninguna otra circunstancia supone tantos cambios como la migración. Casi todo lo que rodea al individuo cambia (familia, lengua, trabajo, cultura, costumbres, paisaje, sentimientos, situación social, etc.), y el adaptarse a tantos cambios supone un gran esfuerzo psicológico. Estos cambios siempre incluyen numerosas pérdidas, más o menos sentidas por la persona emigrante. Se pierden o se dejan atrás los familiares, las amistades, el ambiente social, las costumbres, la tierra, el paisaje, el ambiente, la alimentación y el resto de elementos culturales del medio de partida…. Se pierden lugares queridos con recuerdos: casas, calles, paisajes, rincones…., por lo que afrontar la migración entraña afrontar la pérdida simultánea de numerosos objetos y poseer una flexibilidad y estabilidad suficientes como para desarrollar la vida cotidiana en el otro país. (Achotegui 1966).

CARACTERÍSTICAS DEL DUELO MIGRATORIO

El duelo migratorio es un proceso amplio y, por demás, complejo. Apoyándonos en los trabajos de Jorge Tizón (1993), Joseba Achotegui (2002) y León y Rebeca Grimberg (1999), profundizaremos en las características de este proceso.

Es un duelo parcial

Un factor relevante que marca la diferencia entre el duelo migratorio y el duelo por la pérdida de un ser querido (el referente clásico del concepto de duelo) es que, en el caso de la migración, el objeto del duelo no desaparece, no se pierde propiamente para la persona, sino que permanece donde estaba y siempre cabe la posibilidad de contactar nuevamente con él. Es más, existe la posibilidad de regresar un día y definitivamente al lugar de origen. Es decir, la pérdida es sólo parcial (tempo-espacial), aunque no por ello menos importante.

El duelo migratorio es recurrente

Al no ser una pérdida definitiva los vínculos son fácilmente reavivados, de manera recurrente. Es muy frecuente que un viaje al país de origen, una llamada telefónica o la información que le llega a la persona inmigrada reaviven los vínculos con el país de origen. Cabe destacar el uso del término reavivar porque esos vínculos siguen activos durante toda la vida de quien migra, a veces de modo más consciente, a veces de modo más inconsciente. Estos vínculos con el país de origen se expresan muchas veces a través de “las fantasías de regreso”, que persisten de un modo u otro.

Es un duelo múltiple

En la valoración de los duelos se debería tener en cuenta la existencia de dos tipos: simple o complicado

Como mínimo hay siete duelos en la migración:

  • La familia y las amistades
  • La lengua
  • La cultura
  • La tierra
  • El nivel social
  • El contacto con el grupo étnico
  • Los riesgos físicos ligados a la migración

 

El duelo conlleva una regresión psicológica

Al tener que afrontar tantos cambios a la vez, la persona que inmigra tiende con frecuencia a sentirse abrumada e insegura y adopta actitudes regresivas, como búsqueda de apoyo y ayuda, búsqueda de dependencias, etc.

El duelo afecta a la identidad

La multiplicidad de aspectos que conlleva la elaboración del duelo migratorio (familia, lengua, cultura, etc.) da lugar a profundos cambios en la personalidad de quien inmigra, hasta tal punto que puede modificar su identidad.

El duelo es transgeneracional

Si el núcleo familiar está bien integrado y emocionalmente maduro, la migración se habrá elaborado en un buen momento. La familia habrá superado la prueba con los vínculos afectivos reforzados por la experiencia compartida. Cuando, en cambio, el núcleo familiar, enfermo con anterioridad, emigra, su patología se hace manifiesta o se incrementa.

 

FASES DEL PROCESO MIGRATORIO

Al ser la migración un complejo proceso de gran importancia es necesario analizar todos los momentos o etapas que incluye para entender los efectos que pueden tener en la persona migrante. Para ello, Tizón divide el estudio de la migración en cinco etapas: preparación, viaje, asentamiento, adaptación e integración.

Nos centraremos en las fases que propone Carlos Sluzki sobre el proceso migratorio.

Preparación

El proceso comienza con la decisión de migrar, habiendo en la mente preguntas como: cómo, cuántos, dónde se quedan los/as menores, quién los va a cuidar.

Se comienzan a negociar nuevas reglas, roles y funciones.

Existe un momento delicado en el que pueden buscarse responsables de la decisión, “lo hago por mi hijo”, por ejemplo. Es por esto por lo que resulta tan importante conocer el motivo en el que se basa la decisión de migrar.

Viaje

Sería la fase de la migración en sí. Es entendida como una transición vital carente de ritual prescrito que marque dicha transición. Puede variar teniendo en cuenta si la idea de la migración es definitiva o está presente el mito de retorno.

La no planificación y experiencias de viajes traumáticos (riesgos, vejaciones, etc.. vividas)

Activación

Tras el viaje se tiende a incrementar el rendimiento orientándose al trabajo, dándole prioridad a la supervivencia. Los conflictos y síntomas tienden a estar latentes.

Crisis

Es un periodo conflictivo, marcado por la tarea familiar de rehacer su realidad. La crisis en general se filtra a través de los/as hijos/as y ésta puede darse en el transcurso de unos meses o incluso en años posteriores al hecho de la migración. Es una época de renegociación y modificación de roles y normas. Se da una ruptura entre roles instrumentales y afectivos.

Estabilidad

Como ya hemos dicho, el duelo es recurrente, pero llega un momento en que se estabiliza reduciendo los procesos más estresantes, siempre que haya habido una buena elaboración del duelo.