¿Quiénes somos?

Asociación independiente y sin ánimo de lucro; equipo formado por personal técnico especializado y voluntariado. Trabajamos con personas y familias en interrelación con la migración.

Somos el Servicio Especializado en acompañamiento de procesos de Reagrupación Familiar y Duelo Migratorio

Somos personas que acompañan, favoreciendo encuentros, generando vínculos 

MODELO PROPIO DE INTERVENCIÓN – MET PROCESS

Modelo Ecosistémico Transnacional en tres fases: acogida, pertenencia e incorporación – MET Process.

Somos una entidad con identidad propia que genera una vivencia de espacio seguro de confianza donde poder ser acogido y pertenecer, donde poder “contar con” (Jorge G. Badaraco) y generar vivencias de apego seguro. Es un organismo vivo, permeable, flexible y adaptativo al medio que le rodea, con un núcleo firme y compacto donde conserva su esencia siempre presente y perceptible por todas las personas que lo componen y se acercan donde mantenemos una mirada bidireccional constante al núcleo y al exterior contextual. Cada programa, cada acción, cada objetivo, cada técnica forman parte de una estrategia común y está fundamentada en nuestro modelo.

 

 

Partimos de la premisa que todas las personas participantes (voluntariado, personal técnico y familias) co-construimos este organismo que no deja de crecer y enriquecerse y que se muestra al exterior en forma de “entidad con estructura interfamiliar”. Las familias como “expertas” en estos procesos (J.G.Badaraco) serán piezas clave, “co-constructoras del modelo” (Inclán, J) y coterapeutas en la intervención (Sempere, J.). Entre todas formamos una “mini-sociedad”, concepto traído de la teoría del psicoanálisis multifamiliar, donde toda la entidad está organizada como una mini-sociedad en la cual, a través de la participación del voluntariado, los y las menores, las familias y el personal técnico, se dan interrelaciones interculturales e intergeneracionales en un espacio seguro que sirve para practicar y desarrollar habilidades personales y sociales, vivenciar experiencias de apego seguro, conocer claves culturales, practicar formas de “ser”. Desde ahí, desde ese espacio seguro de aprendizaje, salen con mayor seguridad y fuerza a la sociedad.

Acotamos una lista de líneas de trabajo como, reestablecimiento del vínculo, reorganización estructural, mejora de las prácticas parentales, identidad individual y familiar, reconstrucción familiar, abordaje de las pérdidas.

Acompañamos procesos, personas y familias que están en continua interrelación con el “aquí” y el allí”. En el acompañamiento de procesos de duelo migratorio, como de reagrupación familiar es imprescindible tener presente que acompañas a personas que desarrollan un “ser transnacional” que se nutre de dos ecosistemas (sobre todo en el caso de personas que migran en edad adolescente); que acompañas a familias transnacionales que a pesar de la distancia mantienen su sistema relacional entre dos países y que por ende viven en un “ecosistema transnacional”. La realidad del ecosistema de acogida les rodea y está físicamente presente, pero la realidad del ecosistema de origen también y está emocionalmente muy presente en el día a día y por tanto afecta al proceso. Ambos ecosistemas, el de acogida y el de origen están en continua interrelación. Nuestro contexto terapéutico es el encuadre ecosistémico interfamiliar.

Es muy importante destacar que el tránsito por las fases indicadas en el modelo están enmarcadas en un proceso de unos 2 años y van en paralelo tanto en el sistema familiar de acogida como en el sistema de acogida comunitario. Queremos conseguir que la persona se sienta acogida y bienvenida, tanto por la familia como por la comunidad de acogida, y desde ahí construir poco a poco el sentimiento de pertenencia al nuevo sistema familiar y a la comunidad. Sentirte sentido, visto, encontrar un sitio propio donde la persona se sienta bien y los sistemas receptores encuentren un equilibrio funcional. Desde ese sentimiento de formar parte, de “ser” parte de un sistema que te reconoce y en el cual tienen un papel funcional, surgirá una motivación intrínseca para la participación y la incorporación social.

Partimos de las grandes dificultades de comunicación y de establecimiento/ restablecimiento de vínculos tras un periodo tan largo de separación familiar. En este contexto de migración donde la red social es escasa, la familia de origen y extensa no está y la familia creada ha estado por muchos años separada o sigue estando separada, la idea de equiparar familia con grupo muchas veces es la llave para poder trabajar aspectos que en el día a día se hacen complicados por la lejanía, ya sea física o emocional. La soledad es un sentimiento muy generalizado en los miembros de las familias vinculadas a la migración, de ahí la riqueza y el potencial terapéutico del grupo como “familia”, para poder “contar con”, pertenecer y como “base segura”.

¿QUÉ ES EL DUELO MIGRATORIO?

La migración es una situación vital durante la cual todo lo que rodea al individuo cambia. Se dejan atrás familiares, amistades, costumbres, el idioma y otros aspectos culturales del país de origen.

Pasar por este proceso supone un gran esfuerzo emocional, que requiere de un acompañamiento especializado a nivel individual y familiar

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